Hoy en día es necesario pensar tanto en los accesorios como en la misma ropa. Y quizá los más importantes de los primeros sean las carteras, que no sólo cumplen una función estética sino también práctica: trasladan nuestros objetos diarios más importantes.
Pocas veces se han visto tantos modelos de carteras, bolsos y mochilas como en estos tiempos. Rectangulares, redondas, doradas, fosforescentes, gigantes, pequeñísimas, las hay para todos los gustos y ocasiones. El arte radica en saber cómo combinarlas.
La moda en el uso de las carteras ha cambiado. Ya no es necesario que hagan juego exactamente con el color de tus zapatos. Tampoco importa mucho si eliges un bolso negro o marrón en verano. Las reglas las debe imponer tu propio estilo.
En cuanto al momento adecuado, como siempre, la única regla de oro es dejar los brillos para la noche. Y otro detalle fundamental: no sólo es importante tener el bolso o la cartera correcta, sino saber cómo llevarla. Los bolsos muy pequeños es mejor colocarlos en la mano, nunca en la axila. Es elegante entrelazar en la muñeca las correas cortas de metal. Las carteras de correa de cuero es ideal llevarlas al hombro o en el brazo, sólo las maletas de trabajo colgando de la mano.
Amiga inseparable de toda mujer, la cartera es una compañera que no traiciona, está siempre cuando la necesitamos, va adonde la llevemos y traslada sin preguntas todas nuestras necesidades y secretos.
El beneficio de gastar una fortuna en una cartera maravillosa es que eleva un guardarropa completo. La clave es encontrar una cartera que tenga "estilo" pero que no esté demasiado a la moda. En fin, que sea una pieza clásica.
Los bolsos y carteras son accesorios tan importantes como la ropa a la hora de armar su Look, con los años se ha convertido en un reflejo de la personalidad y estilo de vida. La cartera, más que un accesorio de moda es una extensión del alma de la mujer.
El simple hecho de que las mujeres necesiten un bolso para transportar todos los objetos que consideran esenciales, sería un primer reflejo de la complejidad femenina frente a la faceta práctica del hombre: a ellos, les cabe todo en la billetera y generalmente, el teléfono celular lo cargan en un estuche colgado del cinturón. Ahora bien, el lado previsor de la mujer, frente al despreocupado del hombre, podría revelarse en los pañuelitos de papel, el sobre de aspirinas o el cargador del teléfono que muchas prefieren tener siempre a mano por “si las moscas…”. Y su innata vanidad se delata con el estuche de maquillaje y el espejo que rara vez falta en la protagonista de éste tema.
